Nada ha cambiado sobre su rostro imperturbable, sin embargo hay alguna cosa que acaba de romperse dentro de él. Una vida en la que se ha perdido por una invasora monotonía. Ha olvidado a dónde iba dentro de este mundo donde no pinta nada...
O tal vez es él que no quiere su sitio. Vuelve a sentarse y mira fijamente por la ventana el mundo sin poder verlo. No ve alejarse el trabajo que acaba de abandonar, ni tampoco su propio reflejo.